domingo, 28 de noviembre de 2010

Circularidades.


Construyen  múltiples pliegues que aparentemente carecen de importancia, alternativas anónimas que conforman el acontecimiento habitual, político social, religioso; la realidad de las cosas comunes. Todo se perfila con dócil apariencia, pero ¿es en sí un acto de tenacidad, y por lo tanto de rebeldía esa supuesta calma “la humilde razón de lo cotidiano, ( que señalaba Lefebre)?”
Yo pienso que sí existe ese muro de resistencia contra el banal fluir de los sentidos; ( cuando una persona intenta crear- aquí me refiero a la creación en cualquiera de sus ámbitos- algo fuera de esos parámetros convencionales, y a la vez penetra en es esa misma circular cobertura para que le permita avanzar),  un lugar que parece accesible; al hay que acceder, conmover, moldear, para cambiar el acontecimiento desde nuestra “habitación propia”.
Bueno, no sé si he expresado con claridad ésta percepción desde la que intento escribir, las motivaciones en mi escritura, oscilan a merced de los cambios personales, lo que por otra parte me hace muy vulnerable y constantemente cambiante; la circularidad en estado líquido lo me recuerda un texto que he leído hace poco del sociólogo ( Zygmunt  Bauman) que valora los acontecimientos actuales desde una perspectiva que a mí me ha parecido muy interesante:  “La modernidad líquida “ de la que ya hablaré en otra ocasión.


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