martes, 9 de febrero de 2016

Despertares

Toda ovillo en la cama,
a oscuras la habitación, el cuerpo
como luciérnaga perdida
buscando un haz de luz.
Madre, quiero ser árbol,
con ramas y hojas, y pájaros
suspendidos a mi alrededor.
Quiero ser sueño en vez de soledad.
Pero ella retiraba la sábana del cuerpo
y salía de la habitación sin decir nada.

...


Cada mañana
las lágrimas subían a mis ojos
pero no podía llorar.
Tres solitarios vasos con leche caliente
y una voz lejana que nos apuraba
para ir a la escuela.
Mi padre afilaba los lápices
con su vieja navaja de acero
y cada muesca me dolía
junto con el sonido pautado
del reloj que ,cruel, contaba los minutos
para salir a la escuela.
Esta liturgia desesperada,
el camino en solitario, el sueño,
todo va quedando atrás
mientras invoco susurrando
"madre, quiero ser árbol, madre."

(Nada, 2016)