sábado, 11 de junio de 2011

Despedida y cierre

El camino lleno de intenciones que tracé al iniciar el blog se pierde ante mi y no encuentro el lugar desde el que  poder continuar, pero no quería abandonar estas páginas sin mostrar unas palabras de agradecimiento a las personas que me han acompañado en este vuelo. Ha sido una aventura, desde luego,imagino que volveré cuando consiga soltarme de la rama, puede que ya no tenga forma de pez, pero seguro que sabréis reconocerme, o tal vez no, pero yo a vosotros seguro que si
Besos

El pez en la rama




Untitled from Eleonora Arroyo on Vimeo.


( el vídeo es de Eleonora A.)

martes, 7 de junio de 2011

Ejercicio de resistencia

A veces al despertar logro recordar un sueño, y pienso: voy a escribir algo grande, algo que impacte sobre todo el que lo lea, para eso llevo años de ensayo. Pero de repente, las palabras se me caen de las manos y a duras penas garabateo ideas que no llegan a tomar forma. Reconozco  esa vieja atracción  que me empuja a impactar continuamente contra las cosas. Lo que se hace y lo que se dice en una cruzada sin patria. Es entonces cuando siento un extraño placer en lo que callo. Un poema que escribí hace tiempo vuelve a mi memoria y soy capaz de recitarlo casi de memoria. Me resulta curioso, porque no soy consciente de que lo he aprendido en un proceso que, aparentemente, me resulta ajeno

Una mujer cruza la calle
desconcertada mira al espejo
sus ojos brillan como gusanos
recién nacidos
viste de verde
parece una hoja tierna
a punto de ser devorada
entra en un edificio luego
en un apartamento vacío
con una sola mesa y una sola silla
sobre la mesa hay montones de papel
no sabe qué hacer con ellos
saca un lápiz del bolso
y comienza a escribir

Este es uno de los 14 poemas que componen “Vértigo” que a su vez es un poema episódico que escribí a lo largo de un día( podéis leerlo completo en el margen izquierdo) . Como en estos momentos soy incapaz de crear algo nuevo, buceo en el texto como si buscase algo nuevo en el.
“Una mujer cruza la calle” Hay algo en mi naturaleza que me empuja a cruzar a otros lados, a explorar, pero el miedo a reconocerme a veces me paraliza …”desconcertada mira al espejo”. El miedo hacia lo desconocido es una constante a lo largo de nuestras vidas y es origen de sufrimiento, el hecho de que los ojos brillen hacen referencia a ese dolor y sus lagrimas, tanto los gusanos como las hojas o el color verde son puntos de conexión con el pasado, la rápida metamorfosis de los gusanos de seda las hojas que los alimentan y el color verde como símbolo latente de vida , los utilizo como la estructura que completa un ciclo. El siguiente verso “parece una hoja tierna a punto de ser devorada” hablo de mi indefensión ante cualquier acontecimiento inesperado, en este caso gira entorno a la necesidad de escribir de forma terapéutica e irremediable para poder circular en la vida.
El siguiente fragmento explicita una formula de huida hacia lugares cotidianos y a la vez desconocidos, un edificio, un apartamento. La sobriedad del mobiliario es la actitud casi desnuda con la que la mujer que soy desafía a esos montones de papel con los que no sabe exactamente que hacer, son los elementos con los que cuento para hacer posibles las realidades que se presentan y a las que sin remedio (saca un lápiz del bolso y empieza a escribir) tengo que enfrentarme.
Todo el libro se extiende en esa dimensión conocida y desconcertante que conmueve y conlleva el hacer realidad el texto.
Quizás el hecho de hacer algo sea suficiente, y la grandeza no sea cuestión de hacer sino de saber interpretar.
En realidad todo esto  empezó como un sueño que recordaba hoy al despertar.