domingo, 29 de julio de 2012

The dancer





A man dances in the street.
Roll between the stones
her rough gestures of misery.
The boys smile, imitating his step of dance
immersed in a liturgy of submission and cruelty,
that grands a feeling  similard to triumph.
Under the look of a blind god,
slowly walk thousands of corpses.
Is this a funeral? - I asked
No, it's protest said the dancer
to restoring the foreigner comes.
I am old, I will not be rebuilt
What have we destroyed? I asked
the choreography of life
the architecture of the melody
future buildings
and the law of balance,
 because of it I dance, to be kept in foot.



El bailarín


Un hombre baila en la calle.
Ruedan entre las piedras
sus agitados ademanes de miseria.
 Los muchachos  sonríen imitando su paso de baile,
sumergidos  en una  liturgia  de  sumisión y crueldad
que les otorga un sentimiento parecido al triunfo.
Bajo la mirada de un dios  ciego,
a  paso lento caminan miles de cadáveres.
¿es esto un entierro?- pregunté-
No, es una manifestación- dijo el bailarín-
A  restaurar viene el extranjero,
yo soy viejo y no quiero que me reconstruyan
¿qué hemos destruido? Pregunté
la  coreografía  de la vida
la arquitectura de la melodía
los edificios de futuro
 y la ley del equilibrio, por eso bailo
para mantenerme  en pie.



domingo, 22 de julio de 2012

Pena




Para llegar al hueso
no basta con abrirse paso entre la carne
hay que escuchar
el sonido de la mano dentro,
 ahondar aunque para ello
tengas que apretar los dientes
 hasta que crujan o salten por el aire.
Al final de la ruta
 escribes con lápiz en la lista de la compra
el nombre de tus muertos
y de repente empiezas a llorar
en la cola del supermercado
porque no encontraste la sal.
Un hombre se da la vuelta
y te mira como un padre:
toma, me dice,
necesitas otra oportunidad.
Sus manos tiemblan al entregarme la sal
el llanto cesa.
Ha sido un gran avance
en la ciencia de la compasión,
es como recibir un ramo de rosas
cuando aún estas viva.

sábado, 21 de julio de 2012

Sésamo








No puedo escribir desde que el dolor me pesa tanto, ahora que parecía que todo estaba en orden, me siento delante del ordenador y repito las palabras de Alí Babá : ”ábrete sésamo”, otra vez mi padre, con un diccionario entre las manos buscando el significado de ajonjolí. Sésamo, le dije, busca esa palabra. Su sonrisa de larga distancia aún me alcanza cuando viene a mi memoria. Por eso ahora, cuando quiero que las palabras me visiten las pronuncio como un conjuro. La última vez  te vi  tumbado en una cama ajena. Apenas podías sostener la mirada. Como si este gesto careciera de importancia, escuchabas el documental que retransmitían por televisión. Apagué el receptor y abriste tus ojos de montaña por última vez y dijiste: Sésamo


Isabel Serrano