sábado, 23 de noviembre de 2013

!ay!, los hombres de mi vida



(imagen Balthus) 


No sé si rezar será suficiente
para que te reclines entre mis piernas
desnudas ya, sobre la alfombra de Mojácar.
Me pregunto cómo he podido llegar hasta aquí
-como un extraño suceso en abandono-.
Harta, hoy me dispongo a morir
si es preciso
en un delirante desmayo
que tu visita me cause,
o tu ausencia y mi habilidad.
Entérate, imbécil,
no siempre eres necesario.

(del texto inédito “ El arte de asesinar al poeta)