domingo, 25 de marzo de 2012

Carta sin tinta



Te extraño de repente te extraño como si fueras una parte de mi cuerpo arrancada, y qué vergüenza decírtelo, más vergüenza daría no hacerlo. Qué época del año es como para que te extrañe tanto qué pasa en el mundo qué intuiciones son estas que no logro descifrarlas, simplemente oleajes de tu olor que no huelo, tu sombra que nunca puedo pisar, solo puedo escribirte, y es tanto que la tinta se asusta y se devuelve.
(Natalia Litvinova)

El porqué de las cosas




 En medio de un claro, el caballero ve el cuerpo de la muchacha, que duerme sobre una litera hecha con ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores. Desmonta rápidamente y se arrodilla a su lado. Le coge una mano. Está fría. Tiene el rostro blanco como el de una muerta. Y los labios finos y amoratados. Consciente de su papel en la historia, el caballero la besa con dulzura. De inmediato la muchacha abre los ojos, unos ojos grandes, almendrados y oscuros, y lo mira: con una mirada de sorpresa que enseguida (una vez ha meditado quién es y dónde está y por qué está allí y quién será ese hombre que tiene al lado y que, supone, acaba de besarla) se tiñe de ternura. Los labios van perdiendo el tono morado y, una vez recobrado el rojo de la vida, se abren en una sonrisa. Tiene unos dientes bellísimos. El caballero no lamenta nada tener que casarse con ella, como estipula la tradición. Es más: ya se ve casado, siempre junto a ella, compartiéndolo todo, teniendo un primer hijo, luego una nena y por fin otro niño. Vivirán una vida feliz y envejecerán juntos.
Las mejillas de la muchacha han perdido la blancura de la muerte y ya son rosadas, sensuales, para morderlas. Él se incorpora y le alarga las manos, las dos, para que se coja a ellas y pueda levantarse. Y entonces, mientras (sin dejar de mirarlo a los ojos, enamorado) la muchacha (débil por todo el tiempo que ha pasado acostada) se incorpora gracias a la fuerza de los brazos masculinos, el caballero se da cuenta de que (unos 20 o 30 metros más allá, antes de que el claro dé paso al bosque) hay otra muchacha dormida, tan bella como la que acaba de despertar, igualmente acostada en una litera de ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores.

Quim  Monzó 

domingo, 18 de marzo de 2012

Otra primavera



La tarde se hará inmensa, el amanecer
me cogerá de improviso, como siempre en ésta época,
acercándome un poco más al mismo eje
de mi sistema solar.

La emoción de sentir el calor
a salvo de un duro invierno.
¿qué puede estar más cerca de mi alma
que éste haz de luz?.

Todo lo que soy y pienso
brotará y sin embargo,
me precipito más hacia el fondo helado
alegría y pena
tienen pareja duración
invierno y verano eternamente
cauterizando mi centro más oscuro



viernes, 16 de marzo de 2012

Tal vez no importe tanto



Tal vez no importe tanto,
tu cara se borra sola.
Hay muchas caras en mi vida
que viven borradas
quién sabe hasta cuándo.
Se han borrado poco a poco,
pero en el momento menos esperado,
y a veces en el menos indicado,
vuelven a aparecer por un brevísimo instante
para sumergirse enseguida
en el “¿Dónde estarás ahora?”
con un intenso sobresalto
de mi parte…
Hay días mucho más chicos que otros.
Y hay días muertos,
descolgados,
inútiles,
días que crecen y mueren sin esperanza.
El rostro borrado aparece de pronto
y es, al mismo tiempo ,el mismo
y otro,
siempre dispuesto a borrarse
para aparecer otra vez
pero, ¿cuándo?
La música corre como el agua
pero se borra en el aire.
Es difícil acordarse de invierno
en verano
y del verano en invierno,
evocar una melodía remota
a la deriva en el tiempo pasado.
es difícil salvar del olvido
un rostro, una cara
que se ha borrado
y que aparece
el día y el momento menos pensado.
Si uno pudiera manejar la cosa,
Es decir matar definitivamente ese rostro en la memoria,
o evocarlo a voluntad,
todo sería distinto.
El vientito del despecho
ha lijado los relieves,
los  límites de la superficie  recortada,
de los diferentes rostros de Ella.
Uno se salva de a ratos
pero en el momento inesperado….
Ella aparece con un rostro olvidado
que enseguida desaparece, etc. etc.
La cara, el recorte amoroso…
mas no el cuerpo
(el cuerpo decapitado
del rostro borrado).
Tal es el trabajo de salvación
por el momento:
evocar a voluntad
o borrar para siempre.
Incluso borrar el recuerdo
de haber borrado un rostro,
o todos los sucesivos rostros de Ella.
Cuando un rostro comienza a borrarse
(y por lo visto estoy diciendo rostro y no cara
porque rostro tiene más relieve que cara)
ojo, me digo, porque si los ojos de Ella se borran
algo comienza a terminarse
o algo, también, comienza a secas.
Es el comienzo de un nuevo rostro
que tal vez se borrará a su turno
y así sucesivamente.
Y lo de los rostros también se extiende a los lugares
que permanecen borrados
para reaparecer un instante de cualquier día,
no elegido,
y todos los días hay instantes que nacen y mueren vacíos.

(Ricardo Zelarayán)

lunes, 12 de marzo de 2012

Se preocupó


 Se preocupó por primera vez cuando su boca se desprendía de la mandíbula por alguna de las comisuras y se mantenía colgando hasta que con dedos apurados lograba colocarla en su lugar. En poco tiempo la boca se soltó de su cara y la perdió. Si no hablo voy a estar más tranquilo, se dijo sin voz. Y los médicos van encontrar una solución para alimentarme, se dijo sin hambre. La verdadera frustración se presentó cuando se enamoró y sintió el deseo de besarla, sin boca.
Román Caracciolo

domingo, 11 de marzo de 2012

No quiero una tumba con flores




No quiero una tumba con flores.
Los gusanos ya me han comido suficiente.
Mi legado seguirá intacto: lo que soy, lo que digo,
Lo que hago, lo que escribo y lo que callo,
son el inventario exacto de un yo que ya ha sido.
Me adoctrinaron en rígida disciplina
Soy el resultado imperfecto de esa trampa.
Subsisto pisando la tierra que me cae encima,
asciendo, asciendo
Y asumo la condición de árbol en todas sus estaciones.
Amo como camicace que se inmola
y conoce su trágico final,
admito el sacrificio, también acepto la recompensa:
vivir en los límites. Es  mucho mejor
tener que mantener el equilibrio
que seguir una ruta familiar.  
Queda la sorpresa
algo que se intuye y no es visible
algo en lo que desaparecer
como en una densa bruma.
Pero no quiero una tumba con flores, eso no.

sábado, 10 de marzo de 2012

Vertical


Hace algunos años tuve la gran oportunidad de escuchar en voz propia este poema de Ruth Fainlight. Desde entonces sus poemas me han acompañado. Siento una gran conexión con su forma de decir. Considero que su poesía ocupa un lugar propio a salvo de cualquier corriente literaria. Leer sus poemas es como circular en una autopista de dos direcciones pero con un trayecto definido.
Ya he comentado en otra ocasión lo que disfruto traduciendo- no sé si bien o mal-, en cualquier caso para mí está siendo un verdadero ejercicio de reconstrucción.


Vertical


Who told me my place?
It takes generations
to breed such a true believer,
centuries to produce
someone who instinctively knew
the only movement possible
was up or down. No space
for me on the earth’s surface:
horizontal equates with delusive
when only the vertical
remains open to my use. But
I am released by language,
I escape through speech:
which has no dimensions,
demands no local habitation
or allegiance, which sets me free
from whomsoever`s definition:
Jew. Woman .Poet

(Another full moon)

Vertical
¿Quién me dijo mi lugar?
Se tarda generaciones
engendrarse  como un verdadero creyente
siglos para producir
a alguien que instintivamente conoce
que el único movimiento posible
era hacia arriba o hacia abajo. No hay espacio
para mi  sobre la superficie de la tierra:
horizontal equivale a decepción
cuando solo la vertical
permanece a mi alcance. Pero
me libero por el lenguaje,
escapo a través de la palabra
 que no tiene  dimensiones,
ni exige domicilio local
o lealtad, lo que me hará libre
desde cualquier definición:
Judía. Mujer. Poeta.


( Isabel S)

Aquí os dejo otras dos traducciones, una de Blanca Varela y otra de Mirta Rosemberg y Daniel Salmoilovich


¿Quién me dijo cual era mi lugar?
lleva generaciones
engendrar a semejante creyente verdadera,
siglos producir
a alguien que instintivamente sabe
que el único movimiento posible
es hacia arriba o hacia abajo. No hay espacio
para mi en la superficie de la tierra:
horizontal equivale a ilusorio
cuando solo la vertical 
queda disponible. Pero
el lenguaje me libera,
mi via de escape es la palabra:
que no tiene dimensiones,
no exige residencia local
ni lealtad,que me deja libre
de la definición impuesta por cualquiera:
Judía. Mujer. Poeta.

( Mirta R. Daniel S.)


¿Quién me dijo mi lugar?
se necesitan muchas vidas
para engendrar a un verdadero creyente,
siglos para producir
a alguien que por instinto supo
que el único movimiento posible
era hacia arriba o hacia abajo.
No existe espacio para mi
sobre la superficie de la tierra.
Lo que es horizontal equivale al desencanto
pues solo lo vertical está a mi alcance.
Pero me libero por el lenguaje
y escapo a través de la palabra
que no tiene dimensiones
ni ubicación precisa
ni exige lealtades
lo cual me permite ser libre
para cualquier definición:
Judía. Mujer. Poeta.

(Blanca Valera)

viernes, 9 de marzo de 2012

El otro




 Cuando me dijeron que no puedo ser Juan José Millás en Internet porque alguien se lo ha pedido antes que yo, mi primer impulso fue poner una denuncia. Luego, como el abogado me salía más caro de lo que valgo, decidí dejar las cosas como están. Ese loco que pretende ser yo no tiene ni idea, pues, de la vida que le espera. Si ha de pasar en la existencia digital por la mitad de lo que yo he pasado en la analógica, no tardará en salir corriendo de mi cuerpo. Entre tanto, me divierte asomarme cada día al ojo de cerradura de la Red y ver a qué se dedica mi reflejo cibernético. De momento, no se dedica a nada: está ahí el pobre, en medio de un escaparate desolado, esperando que alguien lo compre. Pero quién va a comprarlo. ¿Quién va a comprar un Juan José Millás binario, por favor? No tiene ni idea el individuo que se ha metido en mi pellejo lo que me cuesta venderme cada día. Y eso que en la versión analógica sé arreglar enchufes y reparar grifos y colgar cuadros y lavar y planchar y cambiarle al coche la batería y el aceite. El único que podría comprarme soy yo, y no porque no pueda vivir sin mí, sino por lástima. En las películas de esclavos, siempre me identificaba con el esclavo que no compraba nadie. No importa al precio que me pongas, muchacho, no lograrás venderme ni a mí mismo: mi lástima no llega a tanto. Y, cuando llega, es compensada por un golpe de ira, porque hoy por hoy me detesto más de lo que me deseo. Si tuviera que elegir entre darme veinte duros y darme un tiro, me pegaría un tiro, no lo dudes. Ignoro cuánto has pagado por ser yo, pero por poco que sea has hecho un mal negocio. Antes de lo que te imaginas, vendrás a pedirme de rodillas que me haga cargo de mí mismo, tiempo al tiempo. Pero no me intereso. Ni bañado en oro volvería a ser yo. Estoy hasta los huevos de la versión original, que dicen que es la buena, de modo que no quiero ni imaginar cómo serán las copias. Agradecería, pues, que te apropiaras también del familiar Juanjo Millás antes de que tenga un momento de debilidad y lo haga yo por pena. No olvides tomar Almax para el ardor de estómago, y Trankimazín para la angustia. Para la culpa no he encontrado nada todavía.
Juan José Millás

jueves, 8 de marzo de 2012

yo acontezco



Pongo rumbo fijo al horizonte
entre la oscilación y la caída,
fuera de mí la tierra dice “No”
los árboles dicen “No”, el viento dice “No”.
Estoy llegando al final aunque todo me niega.
Mi mundo rueda en la búsqueda
de lo que está más allá del sueño
hasta que se hace sólido y grita “Yo”.
Decir es movimiento.
Decir es ir más adelante,
es salir del silencio para acontecer,
para crecer como una sorpresa
en un instante impreciso.
Conmigo no podrá la muerte
¿qué sabe ella de mí?.

miércoles, 7 de marzo de 2012

martes, 6 de marzo de 2012

Lo que ves

Lo que ves es el reflejo
de un yo apenas insinuado
del espíritu al instinto
de la nada al soy que me previene de mi.
Asumir la voluntad de una extraña,
barrer hacia dentro
hasta quedar indefensa,
sobrevivir para no acabar,
ascender hasta definirme
para llegar a la razón
en la soledad del latido.
Fuera el pánico,
la multitud que cambia;
movimiento y meta.
Dejo de temblar ante el espejo



Uno arranca el cuchillo

Uno arranca el cuchillo y queda el suspenso de la carne que aún no sabe de la herida. Es el único instante de inocencia: el cuchillo ha sido clavado y retirado y la carne queda boquiabierta un segundo antes de empezar a sangrar y manifestarse.

Luisa Valenzuela


lunes, 5 de marzo de 2012

El dolor que permanece



Yo te amaba y presentí la muerte.
Nunca supe si eras amigo o enemigo
arrastramos noches infinitas
nos hicimos uña y carne ¿lo recuerdas?.
Escuché el trueno y lo dije
como se dice la palabra en blanco y negro
aullando entre mis muros.
Desgarrada y sangrienta, incontenible
cada certeza me golpea y me devuelve
al origen que duele en mi.
No deberías estar en mis sueños,
porque camino por ellos confiada,
 te siento piel abierta como una herida,
invoco tu nombre y agonizo
¿quién cerrará mis ojos en los bordes del sueño?
¿será la muerte, será la vida?