Es un símbolo recurrente en la literatura, sobre todo en poesía, lo han descrito las palabras más nobles, ha sido objeto de deseos y odios a lo largo de la historia, se ha relacionado con uno de los primeros gestos en el hombre -el de succión-, representa una forma de afeccto, de pasión, y también de necesidad. Estuvo prohibido, ahora lo puedes ver, sentir y disfrutar en cualquier lugar.
El mejor de los poemas acerca de un beso - el que más me han gustado a mí- lo escribió Miguel Hernández, cuyo centenario se celebra el próximo 30 de octubre:
Miguel Hernández
Llegó tan hondo el beso
que traspasó y emocionó los muertos.
que traspasó y emocionó los muertos.
El beso trajo un brío
que arrebató la boca de los vivos.
que arrebató la boca de los vivos.
El hondo beso grande
sintió breve los labios al ahondarse.
sintió breve los labios al ahondarse.
El beso aquel que quiso
cavar los muertos y sembrar los vivos.
cavar los muertos y sembrar los vivos.
Joan Manuel Serrat ha puesto voz a muchos de sus poemas, sirva de pequeño homenaje éste tema con imágenes de su vida
Yo tampoco me resistÍ a escribir acerca de él, y aunque nunca llegaré a estar a la altura de Miguel hernández, al menos intentaré- de ésta forma- estar en la mísma página:
Hoy no fue día de beso,
ni siquiera de palabras,
sólo flotaban las miradas
y sus secretos.
A momentos, intentar
arrancarle a lo más profundo
un hueco para poder entender
por qué no fue día de beso,
ni siquiera de palabras.
-ISABEL SERRANO-
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