viernes, 23 de julio de 2010

Memorias de una gaviota coja



Con este título intentare escribir un libro de poemas infantiles. Desde hace mucho tiempo me viene rondando la idea y hoy me he decidido a hacerla realidad. Espero animarme y escribir muchos más explorando esa vena infantil que nunca abandonamos.


Era un faro loco
Que siempre guiñaba el ojo,
una gaviota coja y una casa  con tejado azul.
Entre levante y poniente se tambaleaba,
su luz intermitente parpadeaba,
y yo pobre gaviota
corría de lado a lado del tejado
sin saber hacia dónde ir.
¡Este faro esta averiado ¡ – decía irritada-
¡guiña el ojo un día no y al otro si!,
ya ni los barcos lo escuchan,
ya no vienen  los piratas con babuchas, 
ni en el puerto anclan los veleros,
 ya no nos visita el calamar
para beber la espuma de las olas
porque los manda al quinto pino
y no pueden regresar
Este faro esta tan loco,  
 que como un sueño,
  el mejor día se va a  apagar.


 
(Ilustración de Katherine y Gareth Lucas)


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