lunes, 5 de marzo de 2012

El dolor que permanece



Yo te amaba y presentí la muerte.
Nunca supe si eras amigo o enemigo
arrastramos noches infinitas
nos hicimos uña y carne ¿lo recuerdas?.
Escuché el trueno y lo dije
como se dice la palabra en blanco y negro
aullando entre mis muros.
Desgarrada y sangrienta, incontenible
cada certeza me golpea y me devuelve
al origen que duele en mi.
No deberías estar en mis sueños,
porque camino por ellos confiada,
 te siento piel abierta como una herida,
invoco tu nombre y agonizo
¿quién cerrará mis ojos en los bordes del sueño?
¿será la muerte, será la vida?


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