martes, 10 de mayo de 2011

Poesía




Puedo escribir miles de palabras en la noche,
  borrarlas a la mañana siguiente,
para que todo sea fugaz naturaleza muerta.
Pero hay algunas
que quedan enroscadas entre sí y esperan
como el lápiz espera sobre la mesa
la mano del escriba.
Esas no desaparecen, resisten,
 te exigen con firmeza completar su trabajo
antes de que te des cuenta
te obligan a mostrarlas y corren el peligro
de ser el principio de un poema.


(Caústica palabra)
  

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