…Luego Yavé plantó un jardín
en un lugar del Oriente llamado Edén…
Yavé hizo brotar del suelo
toda clase de árboles agradables a la vista
y buenos para comer.
Y puso en medio el árbol de la Vida
y el árbol de la Ciencia del bien y del mal….
(Génesis 2 )
El Edén
Parecía un lugar sin secretos
brazos infinitos, arboleda milenaria,
orlado de aves exóticas, mariposas de colores
y un cielo que descendía hasta nosotros.
Era tan hermoso
que parecía no tener creador
No sabíamos entonces
que los deseos se alargaban hasta hacerse herida,
- irremediablemente mortales- caímos en la trampa,
el aire denso de la duda, en su espiral perfume, nos venció.
...
La mujer vio que el árbol era apetitoso,
que atraía la vista y que era muy bueno.
Tomó de su fruto y comió
y se lo pasó en seguida a Adán, que andaba con ella,
quien también comió.
(Génesis 2,3 )
Le sugiero a tu imbecilidad
el instante de un exceso humano,
aunque se incline el cielo,
y después vengan años de amargura y servidumbre.
Lucha, insiste que para ti
traigo frutos exóticos de la llanura,
Porque dime,
qué pasará después de comer perdices.
Tú podrías ser un hombre casi justo
en vez de ponerte nervioso
antes de concebir una transición,
yo podría ser feliz
invocando tu piel para ponerme a salvo
y recobrar la suave textura del aire,
no me dejes caer,
necesito el peso de tu cuerpo
porque junto a ti la tristeza pasa de largo
...
La serpiente replicó:
“De ninguna manera morirán.
Es que Dios sabe muy bien
que el día en que coman de él,
se les abrirán a ustedes los oídos y serán como dioses
y conocerán el bien y el mal.” (génesis 2, 3 )
Te esperé
Las manzanas están por todo el suelo
te esperé hasta la mañana
recordando tu primavera- casi otoño mi postración-.
Esperamos tu vuelta con el mismo esmero,
la lámpara- lenta como siempre- y yo, -algo más que Eva-
en éste lugar que parece vida.
Corriste durante una eternidad
temiendo el castigo.
El manzano ha brotado otro año más,
un nuevo proyecto para un nuevo día
para un hombre nuevo -algo menos que Adán-
Te esperé una vida
con jugosos frutos entre las manos,
… la luz de la lámpara se dispersa,
sé que en otro lugar
cubriste el cuerpo con algo más que hojas;
te esperé una vida, ya no te espero.
...
Evíbora
Hubo un tiempo en el que la grandeza de la mujer
se debatía entre el origen de una duda
-condenada al eterno castigo de seguir su curso-
y el incierto final de la verdad.
Solo pudo cambiarla la tormenta – que la hizo más justa-
y la palabra -que la empujó a querer saber-.
Era tan grande el mundo, el tiempo tan largo
el camino tan incierto que buscó refugio…
…Aquella noche nos miramos con indiferencia
tú reptabas a mi alrededor sonriendo
qué podría haber hecho;
harta de disputas detalles y explicaciones.
Quiero que desabroches mi vestido,
baja más la lámpara,
léeme cartas de amor.
Texto : Isabel Serrano
Imágen: Iván Yáñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario