domingo, 26 de septiembre de 2010

Un prognóstico acertado


Comprendí que mi tristeza
no detendría a esas nubes,
aunque su instinto de supervivencia era inútil
- se equivoca con más frecuencia quien mira desde arriba-
Bajaron las temperaturas, eso si,
que junto con un viento racheado
trajeron inestabilidad a los días;
la lluvia hizo tan escasa la visibilidad
que aún estando uno al lado del otro
no podíamos distinguirnos.
Un cielo inocente propició los cambios
las nubes corrieron hacia otros lugares
como seres con ganas de vivir,
y al sur de nosotros, una incursión anticiclónica 
nos dejó cielos despejados.


No hay comentarios:

Publicar un comentario