viernes, 27 de agosto de 2010

Carta desde la resistencia



Querido amigo:
Este trayecto debía de ser reparador, porque a pesar de haberlo intentado en otras ocasiones, me perdía por lugares desconocidos, desde la desesperación, volví a mi casa con las manos vacías.
Hoy, preparada con alguna maleta llena, espero en un andén a medio camino de casi todo. He sido autora de silencios (no nos pidamos, por favor, explicaciones de ellos, ¿ a caso existen entre nosotros?), también de palabras. Desde luego, dejo atrás tiempos muchos más que difíciles, ahora me sostengo con poca cosa.
Desde que comencé esta aventura, cada día de mi vida ha sido un poco mejor; estoy convencida de que hay miles de kilómetros iluminados a lo largo de las regiones que quedan por atravesar.
Quería que esta carta estuviera llena de anécdotas, de memoria y sobre todo de agradecimiento, pero la emoción no me permite mucho más.
Soy un año más vieja, más consciente y por qué no decirlo; también más sabia. He aprendido millones de cosas que intento procesar para que me sean de utilidad (aun no se en que convertirlo)
“Se fiel hasta la muerte”(Apocalipsis)
¡Que la felicidad este contigo! besos, versos y algo más que palabras...
Isabel

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