sábado, 3 de abril de 2010

Manual de intenciones


A lo largo de varios meses he ido construyendo mi refugio particular, un reto que se planteaba difícil para mi poco acostumbrada a manejarme en la red. Pero hoy he conseguido traspasar la barrera de las cien entradas. He de reconocer que ha resultado mucho más satisfactorio de lo que esperaba, muchísimo más instructivo de lo que podía imaginar. Un blog era para mi escalar una montaña que se elevaba a cada paso, crecia y me dejaba atrás. Las primeras entradas me costaron mucho esfuerzo, lo he amado y odiado en la misma proporción, pero me alegro de seguir con éste empeño aún sin tener un futuro cierto, sin saber como continuar. Imagíno que ésta sensación y experiencia es común a las personas que alimentan un blog, pero éste es un pequeño reino en el que tú pones las reglas, tú decides, es más, aprendes a decidir con el.
Para que no fuese algo monótono he intentado diferenciar las entradas con secciones que van desde intenciones, cuadros dedicados -que consiste en dedicar un cuadro y escribir un texto para uno de mis amigos más cercanos y dedicarselo, solo la persona a la que se lo dedico lo sabe, así es único, íntimo y personal, un regalo especial-. Otra de las secciones es cajón de palabras, con la que he aprendido mucho; cine, canciones, poemas, relatos, nutren éste país extranjero que tiene casi todo su territorio por descubrir
La idea de hacer un pequeño manual de intenciones que me obligara- de alguna forma- a plantearme retos literarios, hacer frente y conseguir realizarlos fue una via de escape que se ha convertido en una necesidad. Porque he de reconocer que ahora forma parte de mis rutinas, y me agrada que así sea.
Lo que al principio era un pequeño manual, se convirtio en un cuaderno en el que la palabra  y todos sus recursos adquieren todo el protagonismo. Es muy divertido investigar acerca de todo lo que la palabra ofrece, desde las más insignificantes a las más consideradas, desde las buenas hasta las malas- aunque non estoy muy segura de que las palabras en sí sean malas, creo más bien que es malo el uso que se hace de ellas. En fin, ese es otro debate.
Para celebrar éste pequeño tramo aquí dejo los enlaces de mis primeras intenciones, y espero que no me abandonen las ideas y pueda cumplir con cada una de ellas.

 
 

 

Mi agradecimiento a todas las personas que se detienen ante éstas páginas y además disfrutan con ellas y esperan algo por descubrir, sin sus palabras de ánimo quizás éste post nunca se hubiese escrito.

Isabel


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