domingo, 21 de febrero de 2010

"La máscara de la muerte roja" de Edgar Allan Poe.


El carnaval ha concluido, y con él la oportunidad de ser otra persona, otra cosa. Son muchos los textos que en la literatura  hacen alusión al transformismo, numerosas páginas que giran entorno a una fiesta de disfraces, o como hilo conductor, o de forma aleatoria, muchas imágenes de figuras alegoricas, metafóricas o precisas, algunas de ellas como la muerte, que entre el miedo y el respeto ocupa  páginas y páginas de obras magistrales como  a la que hoy voy a referirme:
"La máscara de la muerte roja" de Edgar Allan Poe)

 

Ilustración para el cuento realizada por Harry Clarke y publicada en 1919 

(fragmentos del cuento)


“Hacía tiempo que la Muerte Roja devastaba el país. Nunca hubo peste tan mortífera ni tan horrible. La sangre era su emblema y su sello, el rojo horror de la sangre”.
“Aquel baile fue un espectáculo voluptuoso. Pero permítaseme hablar primero de los salones en que se celebró. Eran siete: todo un ámbito imperial… Pero en el corredor que envolvía los salones había, frente a cada ventana, un pesado trípode con un brasero de fuego que, al proyectar su resplandor a través de las vidrieras, inundaba de luz la estancia. Se producía así una profusión llamativa de formas fantásticas”.
“También era aquí donde se encontraba, contra el muro oeste, un gigantesco reloj de ébano. El péndulo oscilaba con un sonido grave, monótono y apagado, y cuando el minutero había recorrido toda la esfera y llegaba el momento de marcar la hora, de sus pulmones metálicos surgía un sonido límpido, potente, profundo y muy musical, pero de nota y énfasis tan peculiares que, a cada hora, los músicos se veían obligados a detenerse un momento para escucharlo, lo que obligaba a su vez a quienes bailaban a interrumpir el vals; y se producía un breve desconcierto en la alegría de todos”.
“En todos los asistentes, desde luego, se apreciaba ahora la sensación intensa de que el disfraz y el porte del extraño carecían de todo ingenio y decoro. Era una figura alta y lúgubre, amortajada de la cabeza a los pies con el atuendo de la tumba. La máscara que ocultaba representaba tan fielmente el semblante rígido de un cadáver que al observador más atento le resultaría difícil descubrir el engaño. Aun así, todo esto lo habría soportado, si no aprobado, aquella alocada concurrencia. Pero el enmascarado había llegado incluso a asumir el aspecto de la Muerte Roja… Y reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno a uno fueron cayendo los presentes en los salones antes festivos, ahora bañados en sangre, y cada uno hallaba la muerte en la desesperada postura en que caía…..Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último cortesano”.

 

  “La máscara de la muerte roja” la realizó Corman en 1964.  El guión es de Charles Beaumont, y Vincent Price interpreta en esta ocasión, a Próspero, un príncipe tirano y malvado, adorador del diablo, componiendo un personaje impagable. El director realiza aquí una magnífica adaptación, incluyendo partes de otro relato de Poe “Hop-Frog”. Curiosamente, puristas cinematográficos, han incidido en unos ciertos paralelismos con “El séptimo sello” de Igmar Bergman, y puede que lleven razón. Bergman también pudo inspirarse en algunos pasajes de los relatos de Poe para componer su brillante película.

 

 

Sinopsis: Durante la Edad Media, una epidemia conocida con el nombre de “la muerte roja”, se extiende por todos los rincones de Italia, amenazando con acabar con la vida de las personas y los animales. El maquiavélico príncipe Próspero se encierra en su palacio para protegerse de la enfermedad. El aristócrata italiano decide organizar una fiesta de máscaras y someter a los invitados a todo tipo de juegos depravados. El pánico al poder, el culto satánico o el sentido ridículo de la muerte y la existencia, se mezclan en una historia de clima corrompido.


Por encima del relato terrorífico, La máscara de la muerte roja es una reflexión que ahonda en las miserias del ser humano, retratadas a lo largo de los distintos arcos argumentales y personajes que conforman el relato – el egoísmo de los habitantes del castillo, la maldad y falta de humanidad de Prospero, la envidia y los celos de Juliana, la vanidad de Alfredo que acabará por traerle la muerte a manos del enano bufón que de esta forma vengará una afrenta anterior… – y por el que desfilan otros conceptos metafísicos como el bien y el mal, la fe y, por ende, la religión como método para superar nuestros más profundos temores como el miedo a la muerte, poniendo en tela de juicio al cristianismo en primer termino, y a todas las religiones en general – “Cada hombre crea su propio dios, su paraíso y su infierno”, espetará al personaje principal la Muerte Roja en un momento determinado -.

 

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/mascara.htm

Ahí teneis el enlace por si quereis leer éste magnífico cuento.

2 comentarios:

  1. ¿Sabías que soy el Fan Number One de Poe? "La Máscara de la Muerte Roja" es, de hecho, uno de sus más brillantes cuentos (Los he leído todos). Y no me extraña que cualquier escritor o cineasta que practique este género esté influenciado por Edgar Allan Poe. Sin duda fue el Maestro, el que nos dio los ingredientes para que cualquiera, con imaginación, pudiese dar a sus textos un halo de inquietud y misterio.

    Entre mis favoritos: "El Escarabajo de Oro", "El Gato Negro", "La Caja Oblonga", "El Diablo del Campanario", "Berenice", "Morella", "Ligeia", Eleonora", "La Cita" y los dos que tú nombras en este Post.

    www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/eap.htm
    Por si no los has leído.

    Un Besazo, Isabel.

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  2. desde luego Poe es un genio en el arte de los cuentos, yo también los he leido todos, me alegra que compartamos un autor que considero magnífico y referente obligado para todos los que intentamos escribir relatos.
    gracias

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