Todavía camino subida a mis zapatos de tacón
más periférica que nunca
dispuesta a quemar los diccionarios
a pesar de las trampas piedra
y sus ranuras de sal y verdades.
Escucho atenta al verbo grave de mi cuerpo
que me reclama el camino de vuelta
a la incansable víscera, al yo latir, al error primero.
Coágulo tras coágulo
la indecisión de marcar los pasos
no me limita ni me retiene,
me despierta más alta, más honda,
más piedra para apuntalar mi existencia,
igual estoy perdida, y sin embargo
trabajo con saña en la ruina y la altura
con mi ceguera y mi alegría.
( del libro “ Patología casual”)
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