Este alud vertical,
que diga piel ahora que se doma con los
ojos,
que abra el aire con un corte invisible.
Hoy te soñé otra vez golpeando cristales.
Por mi culpa, te desbordas y desvarías;
Por mi grandísima sed me encharcan los sueños
de una niña que corre con los pelos pegados
al rostro.
La ciudad está en blanco y negro, el cielo parece nunca .
Agua.
Me deja la boca a punto de decir.
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