(imagen Balthus)
para que te reclines entre mis piernas
desnudas ya, sobre la alfombra de Mojácar.
Me pregunto cómo he podido llegar hasta aquí
-como un extraño suceso en abandono-.
Harta, hoy me dispongo a morir
si es preciso
en un delirante desmayo
que tu visita me cause,
o tu ausencia y mi habilidad.
Entérate, imbécil,
no siempre eres necesario.
(del texto inédito “ El arte de asesinar al poeta)