Nuestros
muertos nos legaron
una
lengua leñosa.
En
círculos pronunciábamos
palabras
como astillas
que
rebotaban en las paredes.
Tengo
una voz en los huesos,
No
sensación literal,
ni
fantasía depresiva.
Es
tradición en mi familia
caer
como moscas fulminadas,
ante
el espiral abrazo
que
nos recorre invisible,
más
allá de la médula.
Mi
familia atesora un espejo diferente
Para
evitar tanto parto de clones.
De
todas ellas, yo soy la más débil
Y
digo !no!
(ilustración Alfredo Linares)
(ilustración Alfredo Linares)